UNA NIÑITA VALIENTE - Razonamiento Verbal

UNA NIÑITA VALIENTE




            Este relato trata de una niñita valiente y un pajarito. Piqui era un canario muy hermoso que permanecía a Silvana, una niñita que vivía en el campo con sus padres.
            Silvana había recibido a Piqui como regalo de cumpleaños y lo quería mucho. Lo tenía en una hermosa jaula dorada, pero a veces lo dejaba salir a volar. Piqui solía posarse sobre el hombro de Silvana sólo tenía que silbar suavemente para que Piqui comenzara a entonar sus hermosísimos trinos y llenar la casa de música.
            Un día Piqui desapareció. La puerta de su jaula estaba abierta, y no se veía a Piqui por ningún lado. Silvana revisó toda la casa, de arriba hacia abajo, pero en vano. Salió al jardín y miró por entre los arbustos, tratando de escuchar un “chiiip,” que le indicara dónde se estaba escondiendo su precioso pajarito. Pero no pudo encontrar a Piqui.
            Silvana habló con mucha seriedad al perro y especialmente al gatito, de quienes tenía sospechas, pero ambos parecieron decir eran inocentes.
            Pasaron tres días y Piqui no aparecía. Silvana tenía el corazón quebrantado, porque le parecía que nunca más podría tener un pajarito tan manso y cariñoso como su querido Piqui.
            Una mañana la llamó una vecina.
-Me parece que sé dónde está tu canario –le dijo-
-¿Dónde, dónde? –preguntó ansiosa Silvana- ¿Dónde está?
            Ven conmigo y te mostraré –respondió la vecina-. Me parece que lo escuché piar en el pozo.
Al llegar a él miraron por sobre el brocal, mientras Silvana tomaba fuertemente la mano de la señora.
-¡Escucha!
            Ambas escucharon con atención. Desde la oscura profundidad del pozo oyeron un débil “chiiip, chiiip”
            -¡Es Piqui, es Piqui!
            -exclamó Silvana, alborozada-. Mi pobre Piqui.
            -¿Cómo podríamos sacarlo de allí?  
-Vayamos a contarle a tu papá –dijo la vecina-. Tal vez encuentre alguna forma de sacarlo.
Volvieron corriendo a la casa.
-¡Lo encontramos, lo encontramos! –gritó Silvana-. Está en el fondo del pozo. ¿Cómo podríamos sacarlo de allí?
-Creo que es imposible –respondió seriamente el papá-. El pozo es muy profundo.
Pero no podemos dejar a Piqui allí –dijo Silvana sollozando-. Bájenme a mí y lo sacaré.
-¡Tú bajar al pozo! –exclamó asombrado el papá.
-SÍ, yo bajaré. Tú me bajas en el balde grande, o lo recojo y luego tú me levantas otra vez.    
-No podemos hacer eso, Silvana.
-Pero tenemos que hacerlo. Yo me atrevo a bajar. ¡Vamos, papá, bájame antes que Piqui se muera!
Silvana hablaba con tanta seriedad que su padre finalmente accedió, y los tres fueron hacia el pozo. Otra vez miraron hacia abajo.
-¿Estás segura de que quieres bajar allí? –preguntó el papá.
-Sí, sí por supuesto –dijo la valiente Silvana-. ¿No puedes oír cómo me llama Piqui?
Sin una palabra más, ella se metió en el balde. El padre ató una soga alrededor de ella, de modo que no pudiera caerse accidentalmente. Luego, con mucho, mucho cuidado empezó a bajarla.
Y Silvana comenzó a bajar, a bajar. ¡Que oscuro estaba allí abajo! Pero a medida que bajaba, el suave “chiiip, chiiip” se oía cada vez mejor. Parecía como si Piqui adivinara que Silvana iba a rescatarlo. Y a Silvana no le preocupó en lo mínimo la oscuridad, porque estaba muy ansiosa de salvar a su amiguito.
-¡Splash! –Finalmente el agua tocó el agua, y el papá mantuvo la soga en ese lugar.
-¡Piqui! -exclamó Silvana, buscando en la oscuridad.
Sí, allí estaba el pajarito, asustado, aferrándose a una pequeña saliente de la pared del pozo. Silvana extendió la mano con alegría y lo recogió.
-¡Lo tengo! – gritó-. ¡Levántame papá!
Juntos subieron, subieron, subieron hasta que llegaron otra vez a plena luz del sol. El papá estaba muy contento con su valiente hijita, y la abrazó y la besó. ¡Qué  orgulloso estaba de ella!
-¿No tuviste miedo? –preguntó el papá.
-¡Por supuesto que sí! –contestó ella-. Pero yo sabía que tú sostenías la soga.
-Bueno –dijo el papá mientras contaba esa noche a toda la familia lo ocurrido-, confiemos siempre en Dios tanto como Silvana confió en mí.
Espero que tú también confíes así en Dios. Cuando todo parezca oscuro a nuestro alrededor, podemos mirar hacia arriba y ver que alguien nos mira con amor. Jesús ha dicho: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”

Vocabulario

Subraya estas palabras en la lectura y aprende sus significados.
Entonar              :   Cantar con el tono adecuado.
Trinos                 :   Voces de los pájaros.
Quebrantado     :   Muy apenado porque algo no ha salido como esperaba.
Ansioso(a)         :   Que desea algo con mucha fuerza.
Brocal                 :   Borde circular que está en la parte superior de los pozos.
Alborozado(a)   :   Muy alegre y contento.
Aferrarse            :   Agarrarse con mucha fuerza de algo.
  

Comprensión de Lectura

Después de leer atentamente, responde esas preguntas en tu cuaderno.
·      ¿Quién era Piqui? ¿Cómo había llegado a manos de Silvana?
·      ¿Qué hízo Silvana cando desapareció el canario?
·      ¿De quiénes sospechaba Silvana serían los autores de la desaparición de Piqui?
·      ¿Qué dijo la vecina a Silvana al verla tan preocupada?
·      ¿Cuál fue la respuesta del papá cuando le preguntaron cómo podía sacar a Piqui del pozo?
·      ¿Qué propuso entonces Silvana?
·      ¿Cómo logró salvar Silvana a Piqui?

Para Explicar y Comentar

·      ¿Por qué Silvana pudo vencer el miedo que le daba el pozo?
·      ¿Cuál fue el mensaje que el papá dio esa noche a toda la familia?
·      ¿En quién debemos confiar cuando estemos en dificultades’ ¿Por qué?

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