La cadena de oración
Oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. Santiago 5:16 NVI
Era el día de Acción de Gracias. Thanksgiving se llama en el país donde vive Leo; allí hablan el inglés. Su nombre es Leonardo; pero todos le dicen Leo. Ahora estaba muy emocionado. Para la cena de ese día él tendría algo especial para decir como su agradecimiento. Era costumbre que todos alrededor de la mesa dijeran un agradecimiento. Luego el papá daba gracias a Dios por su bondad y ayuda.
UN MILAGRO INEXPLICABLE
Leo había estado muy enfermo, al borde de la muerte. Ahora estaba sano y feliz. El doctor de Leo estaba asombrado por el milagro que había ocurrido. De la noche a la mañana Leo había sanado completamente. ¡Era algo imposible, que su doctor no podía explicar!
Todo comenzó con un fuerte dolor en los oídos. Su mamá pensaba que era una infección común y no le prestó más atención que otras veces cuando Leo tenía dolor. Pero luego se le empezaron a hinchar los pies y las manos; se puso muy enfermo. Le subió la presión sanguínea y le dio fiebre muy alta. De pronto los riñones no hacían su trabajo de filtrar de la sangre las sustancias de desecho. La terapia y los medicamentos no dieron resultado.
TRATAMIENTO DE DIÁLISIS
Hay una máquina que cumple la función de los riñones; el proceso se llama diálisis. A Leo tuvieron que acoplarlo a una de esas máquinas cada dos días, para que la diálisis le filtrara la sangre. Pero ni eso dio resultado. En cualquier momento Leo podría morir por un ataque al corazón.
El papá y la mamá de Leo estaban muy tristes; no querían perder a su hijo. Llamaron al pastor de su iglesia y le pidieron que ponga a Leo en la cadena de oración.
UNA CADENA DE ORACIÓN
¿Qué es una cadena de oración? Son muchas personas –¡muchísimas!– que oran por una misma cosa. El pastor de Leo llamó a los hermanos de la iglesia que formaban la cadena; ellos llamaron a sus amigos; esos amigos llamaron a sus amigos; éstos llamaron a otros… Muy pronto hubo una cadena de miles de personas que oraban por Leo. –Mamá –dijo Leo–, si miles de personas oran por mí, entonces yo también debo pedir a Dios que me sane. –Sí, hijo –dijo su mamá–. Tú también ora por tu sanidad. «Señor Jesús, por favor, ¡sáname!» oró Leo.
Al día siguiente, cuando volvió al hospital para su trata miento de diálisis, ya no fue necesario. Los análisis de sangre revelaron que Leo estaba sano. ¡Sus riñones nuevamente estaban cumpliendo su función!
LA CENA DE THANKSGIVING
Ahora Leo esperaba, muy emocionado, la hora de la cena de Thanksgiving. Iban a estar sus abuelos, su tío Dick, y también su bisabuela. Antes de comer el pavo asado, una costumbre tradicional para ese día, todos en la mesa debían decir algo por lo cual estaban agradecidos.
Leo sabía exactamente lo que diría. Él iba a agradecer por la cadena de oración y porque Dios lo había sanado. Cuando llegó su turno en la mesa, Leo se paró y dijo: –Doy gracias a Dios por la cadena de oración. Miles de personas oraron por mí.
–Yo también doy gracias a Dios por la cadena de oración y porque Leo está sano –dijo la mamá.
Cada uno dijo su agradecimiento. Hasta Rita dio gracias por la sanidad de Leo, aunque él siempre le hacía bromas y la tiraba de las trenzas.
AGRADECIMIENTO A DIOS
–Doy gracias a Dios por los miles de amigos que participaron en la cadena de oración –dijo el papá, y dirigió a todos en la oración de Thanksgiving, una oración de agradecimiento a Dios por su bondad.
Leo estaba muy feliz porque ya no tenía que ir al hospital varias veces por semana para estar acoplado a la máquina de diálisis. Ahora podía ir a la escuela y jugar con sus amigos como había hecho antes.
¡Jesús lo había sanado!