Manos feas pero hermosas
«Grabada te llevo en las palmas de mis manos.» Isaías 49:16 NVI
Alicia se avergonzaba de las manos de su madre. Eran unas manos feísimas, llenas de cicatrices. Ella nunca quería andar en compañía de su madre ni quería invitar a sus amigas a su casa a jugar. No quería que vieran las manos cicatrizadas de su madre.
La mamá de Alicia se sentía triste por la manera en que su hija la trataba. Un día decidió contarle la razón de sus horribles manos. Ambas se sentaron en el sofá de la sala de estar. Alicia se alejó un poco de su madre, pero ella la tomó de las manos y le habló con mucho cariño.
–Hijita, te voy a contar lo que sucedió cuando todavía eras bebé –dijo la mamá, con voz suave y una mirada tierna–. Una tarde, cuando tú dormías la siesta y yo trabajaba en el jardín, nuestra casa comenzó a incendiarse. El fuego rápida mente llegó al cuarto donde tú te encontrabas durmiendo.
»Sin pensar más que en ti, me metí entre las llamas para rescatarte. Mientras te llevaba entre mis brazos mis manos empezaron a arder. Se quemaron mucho, y al sanar, queda ron las cicatrices. Por eso, hijita, mis manos son tan feas.
Alicia quedó muy conmovida por lo que le contó su mamá. Se sintió avergonzada por su mal comportamiento. De inmediato abrazó a su linda madre y, entre sollozos, exclamó:
–Mamá, tú tienes las manos más lindas del mundo. Gracias porque me salvaste.
MARCAS DE SALVACIÓN
La madre de Alicia llevaba en sus manos las marcas de la salvación de su hijita. ¿Sabes? Hay alguien que lleva las marcas de nuestra salvación. «Grabada te llevo en las palmas de mis manos».
Jesús tiene cicatrices en las manos porque lo clavaron en una cruz. Él murió en la cruz por ti y por mí,
para salvarnos del fuego del infierno. Pero no quedó en la tumba. Jesús resucitó; no está muerto. ¡Él vive! No olvides que Jesús te lleva grabado en las palmas de sus manos. Su amor es grande; eres precioso a los ojos del Señor. Él te perdona cuando se lo pides.
LAS MANOS DE JESÚS
¿Qué hacía Jesús con sus manos? Jesús hacía
bienes. Cuando le traían enfermos, ponía las manos
Desde ese día, Alicia andaba con orgullo tomada de la mano de su madre. A todas sus amigas les contó la historia de cómo su mamá la había salvado del incendio.
sobre ellos, y los sanaba.
Cuando las madres traían a los niños a Jesús, Él los tomaba en sus brazos y los bendecía.
Una vez tomó en sus manos el almuerzo de un muchachito y lo bendijo tanto que el pan y los peces alcanzaron para alimentar a miles de personas.
¿CÓMO SON TUS MANOS?
Cuando alguien mira tus manos, ¿Qué ve? Tus manos, ¿pelean o ayudan? ¿Son manos obedientes o desobedientes? ¿Sabes acariciar o das bofetadas?
Con tus manos puedes ayudar a mamá y a papá. Si vives con tus abuelos o con un apoderado, ayúdalos a ellos. Con tus manos puedes hacer las tareas de la escuela y ser un alumno aplicado.
Con tus manos pueden sostener una Biblia y con tus ojos pueden leer las palabras escritas en ella. Lo mejor que pue des hacer con tus manos es juntarlas en oración.
USA TUS MANOS PARA HACER EL BIEN
Dios te ha dado las manos para que con ellas hagas el bien. Decide hoy que tus manos serán limpias y puras, que no harás maldades con ellas.
Dios te ayudará a ser un niño (o una niña) obediente y respetuoso, que usa sus manos para hacer lo bueno. Alicia se avergonzaba de las manos de su madre. Sé tú un niño o una niña tan honorable que nadie se avergüence de ti.
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