Un importante trabajo
Unos niños dialogaban orgullosos del trabajo de sus padres. Decían que eran: médicos, abogados, ingenieros, etc. Cuando le preguntaron a Hipólito, él bajó la cabeza y dijo: "Él es sólo un obrero".
Beti, la mamá de Hipólito, lo había oído todo llamó a su hijo y le explicó cariñosamente:
Es verdad que los ejecutivos tienen bonitos escritorios, y se conservan limpios todo el día y elaboran proyectos, sacan cuentas, vigilan a los trabajadores.
Sin embargo, es necesario que el obrero haga todos los trabajos importantes: operar una máquina, cargar pesos, pintar, vender en las tiendas, etc.
Si los jefes no trabajaran durante un mes, las fábricas seguirían laborando. Pero, si los obreros como tu papá no trabajan, la fábrica no funcionaría.
Cuando el papá llegó a casa, Hipólito corrió, lo abrazó y dijo: –Papá, estoy orgulloso de ser tu hijo... Porque eres uno de los hombres especiales, que llevan a cabo los trabajos importantes.