Cuento andino: EL ZORRO Y EL SAPO 🦊🐸

EL ZORRO Y EL SAPO


—Como yo nadie corre: acaban de perseguirme cinco rangalidos perros ¡y me veo aquí como si tal cosa hubiera acaecido! ¿Qué sería de ti en un percance análogo al que acabo de pasar?

—decíale el zorro a un sapo.

—Señor zorro, es preciso no ser tan jactancioso ni alabarse tanto, que, acaso, me atrevería a apostarle una carrerita.

—¡Desgraciado! Tú no haces otra cosa que saltar en el mismo sitio y no avanzas. Se burlarían de mí al verme disputando a correr contigo. Pero voy a darte gusto quitándote de la cabeza tan descabellada pretensión, a fin de que te infles menos cuando gritas.

— ¡Ah señor orgulloso! Yo grito en verdad, pero vos ladráis. ¡Qué diferencia existe en nuestra voz! A mí me conocen y no me huyen; pero quién no se ahuyenta, cuando ¡car... car! vaga Ud. por lomas y quebradas? ¡Ah demonio de carcaria alabancioso!

—Déjate de insultos que entre personas decentes se arreglan las diferencias con buenas palabras. ¿Estás dispuesto, señor volador, a portarte?

—Si es así, hasta mañana.

Al día siguiente se presentó el sapo con un hermoso perro llamado Yanajaracha como juez y el zorro suplicó a un Agroi* le sirviera de testigo.

Dada la voz de partida, el zorro salió a todo escape por sobre las yerbas y malezas; pero no bien había recorrido un corto trayecto cuando oye que gritan ¡huac!

—Se me ha adelantado el sapo, murmuraba el zorro y apura; mas un nuevo ¡huac! y otro y otro más, y seguía el ¡huac! ¡huac! del sapo, hasta que sin alientos llegó a la meta, donde le repetía: ¡huac!

Avergonzado el zorro confesó la partida, excusándose con que se le había enredado las piernas en las yerbas; pero que era otra cosa tratándose de correr cerro arriba.

¿Cómo sucedió eso?

El astuto sapo había apostado en toda la travesía de trecho en trecho a manera de chasquis a sus compañeros ocultos bajo la yerba, con la consigna de dar la voz a medida que notaran se iba aproximando el zorro.

Para un zorro sabiondo hay un sapo malicioso

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