EL REY DE LAS OREJAS DE CABALLO - Razonamiento verbal

EL REY DE LAS OREJAS DE CABALLO


Hace mucho, muchísimo tiempo vivía en Irlanda un rey que se hacía cortar le cabello una sola vez cada año. Este rey tenía un nombre rarísimo. Se llamaba Lora Lonshach. Nadie acertaba  explicarse el porqué de esa costumbre respecto al arreglo de su cabellera. Pero aún resultaba más misteriosa la desaparición de los peluqueros que en el transcurso de siete años consecutivos fueron encargados de ir a cortar el pelo del rey. Nadie volvió a saber de ellos. Y, claro está, al llegar el octavo año no había ni por casualidad un solo peluquero que se atreviera a acercarse al palacio , por miedo a que no se volviera a tener noticias de él.

            Entonces, el rey ordenó que se sorteara entre todos los peluqueros de su reino: el que sacaba la paja más corta y se negaba a ir a cortarle el pelo sería ejecutado inmediatamente.

            El primero que sacó la pajita más corta fue el hijo de una pobre viuda. Al saberlo ésta por poco se desmaya del susto; pero ni corta ni perezosa se fue corriendo al palacio de Lora Lonshach a pedirle clemencia para su hijo. Cuando llegó ante el rey, éste estaba desayunando y se llevó un gran disgusto al ser interrumpido por aquella mujer.

            -¡A ver! ¿Quién ha dejado entrar a esa bruja? –gritó con vos de trueno.

            -Que metan a los guardianes de palacio en el calabozo –añadió, dirigiéndose al mayordomo-, y que les den treinta latigazos a cada uno. Y tú, desdichada. ¿cómo has osado llegar hasta mi presencia?

-¡Oh, señor! –dijo la pobre mujer-, no me quites a mi hijo, que soy una pobre viuda y si él me faltara no sé qué sería de mí.

-¿Y qué tengo yo que ver con tu hijo?

-Es el infortunado peluquero que mañana ha de cortarte el pelo.

-Llama al mayordomo –dijo le rey al pajecillo.

-No está, señor, ha ido a ver cómo zurran a los guardianes.

-Entonces, llama a los otros guardines.

-Señor, están ocupados zurrando a su compañeros.

-¡Maldita sea!... Véte, vieja: y que no puedo castigarte como debía, te devolveré sano y salvo a tu hijo. Pero si alguna vez te vuelvo a ver, lo haré colgar de un árbol.

Al día siguiente fue le barberillo al palacio y cuando llegó a presencia del rey se detuvo a hacerle reverencias y más reverencias, pero el rey lo increpó con voz terrible por su tardanza. Y aunque estaba más muerto que vivo, empuñó las tijeras y puso manos a la obra. Cuando terminó, le dijo le rey.

-Bueno, ya puedes irte. Pero, ¡ay De ti como digas una sola palabra acerca de mis orejas! ¡Mi venganza será tan espantosa que más te valdría no haber nacido!

Cuando el barberillo, tras emprender veloz carrera. Llegó a su casa, su madre no hacía más que preguntarle qué le había pasado. Pero él permaneció con la boca cerrada, como si la hubieran cosido con hilo y aguja. Además, se sentía tan enfermo que tuvo que mantenerse en la cama, donde se quedó temblando.

Al cabo de dos días llegó el médico, y cuando quedó a solas con él le dijo:

-Es inútil cuanto haga, doctor, porque lo que me sucede es que  tengo un secreto y no lo puedo decir: si lo digo, me quitarán la vida, y si no lo digo, reventaré. De modo que, en cualquier caso, mi muerte es segura.

Entonces, el médico le contestó:

-Mira, lo mejor que puedes hacer es irte al bosque, escoges un árbol, le haces un agujero en el tronco y, apoyando en él los labios, sueltas tu secreto. De ese modo no reventarás, porque lo habrás dicho; y tampoco podrían quitarte la vida, porque no se lo habrás revelado a ninguna persona.

Al barberillo le pareció excelente idea aquella solución, y la puso en práctica. Se fue al bosque, escogió una encina y abrió en su tronco un agujero. Después, poniendo sus labios en la abertura, exclamó.

-¡El rey tiene orejas de caballo!

Apenas lo dijo, cuando se sintió completamente curado y como si le hubieran quitado una montaña encima. Lleno de alegría, se fue dando saltos a su casa.

Al poco tiempo, se anunció que en palacio se celebraría un certamen entre músicos del reino para ver cuál de ellos tocaba mejor el arpa. Sucedió entonces que unos de los arpistas que se presentaba al concurso rompió el instrumento y se fue al bosque en busca de un árbol para hacerse un arpa nueva. Por casualidad el árbol elegido por él fue el que había utilizado el barberillo para desembarazarse de su secreto. Y la madera de aquella encina resultó ser tan buena que al probar el arpista el instrumento que acababa de construir brotó de él una música maravillosa que lo dejó fascinado.

Llegó el certamen de arpistas y, cuando ya habían actuado todos los concursantes, salió aquel que había tenido que construirse un arpa nueva con la encina del bosque. Apenas  empezó a tocar, cuando todos quedaron maravillados de las cuerdas del arpa brotaron arpegios y melodías como jamás se había escuchado, y el propio arpista, se quedó atónito, pues advirtió que aun cuando quisiera detenerse, las cuerdas seguían vibrando y vibrando como movidas por una mano misteriosa. Cuando  al fin, el arpa dejó de tocar, todos aplaudieron entusiasmados a su dueño proclamándolo unánimemente como el mejor arpista del mundo. Entonces, el rey quiso obsequiar a sus huéspedes con alguna exhibición de aquel músico extraordinario, y lo anunció así a la concurrencia. Pero el arpista se postró humildemente ante el monarca y le dijo:

-Rey mío, esta arpa me da miedo no fueron mis dedos los que arrancaron la música que ha oído. Algo extraño tiene ese instrumento, y temo que ocurra una desgracia si vuelvo a tocarlo.                                         
     
-Déjate de tonterías –exclamó Lora Lonshach- y obedece lo que te he ordenado.

-Bien, Majestad –contestó el arpista-. Se hará como usted desea.

Apenas el arpista tocó las cuerdas, una voz sonora empezó a gritar desde el arpa:

-¡Lora Lonshach tiene orejas de caballo!

Todos se quedaron aterrados. El rey, fuera de sí, empezó a gesticular y en uno de sus movimientos se le cayó el gorro de la cabeza, quedando al descubierto sus dos orejas de caballo, enormes y peludas. Hubo alaridos, carreras, desmayos...

Pero he aquí lo curioso: cuando Lora Lonshach vio que todos corrían su secreto se quedó, lo mismo que el barberillo, mucho más aliviado... En lo sucesivo, fue un rey bondadoso y alegre, no teniendo otro pensar que el de haber hecho dar muerte a los peluqueros que en los primeros siete años habían ido a palacio a arreglarle la cabellera para hacérselo perdonar dio buenas pensiones a sus madres, esposas e hijos. Y en cuanto al barberillo que descubrió el secreto, fue nombrado Barbero de Cámara, y a partir de entonces fue el que le cortó el pelo al rey una vez por año, con la misma naturalidad que nos lo había cortado a cualquiera de nosotros.

Vocabulario

Subraya estas palabras en la lectura y aprende sus significados.

·     Zurrar                      :   Pegar o golpear a alguien.

·     Paje                         :   Muchacho que servía como criado de un señor.
·     Lacayo                   :   Antiguo sirviente que ayudaba a su amo o patrón.
·     Encina                    :   Árbol de tronco grueso con hojas verdes por una cara y casi blancas   por la otra.
·     Arpegios                :   Combinación de sonidos que producen música.
·     Atónito                    :   Quedarse paralizado por el asombro o el miedo.
·     Fascinado             :   Admirado o asombrado por lo que ve o escucha.
·     Desembarazarse :   Librarse de algo que molesta o preocupa.

COMPRENSIÓN DE LECTURA

Después de leer atentamente, responde estas preguntas en tu cuaderno.

·      ¿Qué extraña costumbre tenía el rey Lora Lonshach?
·      ¿ Y qué pasaba con los peluqueros que le cortaban el cabello?
·      ¿De qué forma el rey seleccionó al último peluquero?
·      ¿Qué hizo la mamá del joven peluquero ¿
·      ¿Por qué el rey prometió devolverle sano y salvo a su hijo?
·      ¿Qué secreto descubrió el peluquerito?  
·      ¿Qué hizo el peluquero para salvarse del extraño mal que adquirió?
·      ¿Qué paso con la encina a la cual el peluquero contó su secreto?
·      ¿Por qué el arpista tenía miedo de tocar por segunda vez?
·      ¿Qué sucedió cuando el rey obligó al músico tocar su arpa?

PARA EXPLICAR

·      ¿Por qué crees que desaparecían los peluqueros que cortaban el cabello del rey?
·      ¿Qué opinas de la actitud del rey al tratar de ocultar sus orejas? ¿Hacía bien?
·      ¿Las personas debemos avergonzarnos de nuestros defectos físicos? ¿Por qué?

1. Elige los sinónimos correspondientes y escríbelos frente a cada palabra.

     Reserva          germinar            coincidencia      sirviente                    admirado
     Soberano        hechicera          pegar                  acompañante          paralizado

     Casualidad __________________            zurrar          ________________
     Bruja           __________________             paje             ________________
     Secreto       __________________             lacayo          ________________
     Monarca     __________________             atónito         ________________
     Brotar         __________________              asombrado  ________________

2. Escribe en los casilleros dos antónimos de la palabra escrita. Elígelos de la lista.

3. Une los antónimos
  • Positivo             traición
  • Chismoso          moderno
  • Lealtad              realidad
  • Arcaico              negativo
  • Fantasía            discreto
 
  • Trueno               tristeza
  • Zurra                  vida
  • Muerte               dinámico
  • Alegría               silencio
  • Perezoso           caricia


4.  Escribe las palabras que mejor completen las oraciones de acuerdo con la lectura.


     Ÿ Todos los __________________ fueron convocados por el rey.

         a. sastres                              b. barberos                             c. médicos


     Ÿ El que sacó la pajita fue el _______________ de una pobre viuda

         a. esposo                              b. vástago                              c. hermano


     Ÿ  El rey mandó ______________ a todos los guardines.


         a. zurrar                                 b. premiar                               c. apresar

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