Cuento / Relato de: Juanito y el hormiguero

Juanito y el hormiguero

«Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros.» Juan 1:14 NVI 

Juanito y su papá paseaban alegremente por el bosque. A Juanito le encantaba cuando él y su   papá salían a pasear. Era un día hermoso. El sol brillaba en un cielo azul  con nubes que formaban diseños divertidos. A Juanito  le gustaba buscar diseños de animales. Una vez había  visto una nube que parecía un elefante. 

JUANITO PISA UN HORMIGUERO 

Juanito saltaba alegre por el sendero mientras con- versaba animado con su papá. Estaba tan feliz y dis traído que no se dio cuenta de que pisó un hormiguero  que había en su paso. 
–¡Ay! Papito, mira lo que he hecho. ¡Pobrecitas las  hormigas! –exclamó Juanito. Las hormigas corrían de un lado a otro, como desesperadas. Se había arruinado su «casa». 
–Papá, ¿Qué podemos hacer para ayudar a las hormigas a reparar su casita? –preguntó Juanito. –No podemos hacer mucho, hijo –respondió el papá–.  Somos muy grandes. Tal vez si pudiéramos transformarnos en hormigas podríamos hacer algo. 

TRANSFORMARNOS EN HORMIGAS 

–¿Transformarnos en hormigas? –preguntó Juanito–.  ¿Cómo podríamos hacer eso? 
Pensativos siguieron su camino. Juanito se imaginaba  cómo sería si se encogiera poco a poco, y poco a poco,  hasta llegar a ser tan pequeñito como una hormiga. Luego el papá miró a Juanito y dijo: 
–Lo que pasó con las hormigas me hace pensar en  Dios. Nuestro mundo estaba arruinado por el pecado.  Entonces Dios, para ayudarnos, se hizo como uno de  nosotros.  
–¿Cómo hizo eso? –preguntó Juanito–. No entiendo  cómo Dios pudo hacerse como uno de nosotros. 

DIOS SE HIZO HOMBRE 

Entonces el papá le explicó a Juanito que cuando  Jesús vino al mundo, era Dios que se hizo hombre. Dios preparó un cuerpo humano para su Hijo. Le dio  una familia en Nazaret. María fue su madre. Jesús  nació por el poder del Espíritu Santo. Dios escogió a  José para que fuera el padre de Jesús aquí en la tierra. Así como tendríamos que convertirnos en una hormiga para ayudar a las hormiguitas, Jesús vino al mundo  para ser como uno de nosotros para ayudarnos.  Jesús no solo vino a vivir entre nosotros sino que  murió en la cruz para perdonar nuestros pecados. Adán  y Eva desobedecieron a Dios en el huerto del Edén al  comer del fruto prohibido. Así, ellos perdieron la comunión con Dios. El castigo fue la muerte eterna. 

JESÚS LLEVÓ NUESTRO CASTIGO 

Jesús murió en la cruz para llevar el castigo que  nosotros merecemos. Debido a la desobediencia de  Adán y Eva, todos somos pecadores. Pero Dios levantó  a Jesús de entre los muertos. Porque Él vive, puede ser  nuestro Salvador. 
–Jesús nos comprende porque ha sido como uno de  nosotros –explicó el papá. 
–¡Qué bueno! –dijo Juanito dando un suspiro–. Jesús  me comprende porque ha sido un niño como yo.  Juanito siguió el paseo por el bosque en silencio. No  podía dejar de pensar en Jesús y en las hormiguitas. 

CREE EN JESÚS 

Si tú te hicieras hormiga y fueras a ayudar a las hormigas, ellas tendrían que aceptar tu ayuda. Tú podrías  tener las mejores intenciones; pero si ellas no te aceptaran, no podrías ayudarlas. 
Con todo amor Dios mandó a su Hijo para ser nuestro  Salvador, pero no puede ayudarnos si no queremos su  ayuda. Muchas personas no quieren recibir la salvación  que Jesús ofrece. Pero si crees en Jesús y lo recibes  como tu Señor y Salvador eres salvo. 
Jesús, el Verbo de Dios, se hizo hombre y habitó  entre nosotros. ¡Qué maravilla!

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