La Biblia que encontró Paulina
El Señor... no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan. 2 Pedro 3:9 NVI
Paulina creció en un hogar muy humilde. Ninguno de sus padres se preocupaba mucho de ella. Siempre andaba con la cara sucia y los cabellos despeinados. No muy lejos de donde vivía Paulina estaba el basural de la ciudad. Muchas veces ella iba a buscar entre la basura algo que luego podía vender.
ENCONTRÓ UNA BIBLIA
Un día, cuando jugaba cerca del basural, vio al dueño de un hotel que tiraba una caja de libros. Ya no quería esos libros en su hotel. Paulina corrió para recoger algunos de ellos y llevarlos a su casa.
Entre los libros que Paulina llevó a casa, había uno que era diferente de muchos libros que ella conocía. El libro era bastante grueso y de pasta negra, con un título dorado que decía: SANTA BIBLIA.
NO TENÍA BIBLIA
Paulina no tenía Biblia. Nunca había visto una Biblia ni había leído la Biblia. Tampoco había oído hablar de Jesús. Pero le impresionó el libro y lo empezó a leer.
Al ir leyendo las páginas de la Biblia, Paulina halló que Jesús había muerto para salvarla. Para ella era muy hermoso descubrir que había alguien que la amaba y se preocupaba por su bienestar. No podía rechazar el mensaje que le ofrecía este libro.
ENTREGÓ SU VIDA A CRISTO
Un día Paulina comprendió que ella tenía que recibir a Jesús como su Salvador y Señor. Se había dado cuenta de que todo lo que decía el libro era verdad. Con voz temblorosa dijo: «Te amo Jesús y quiero que seas mi Salvador.»
Esas palabras fueron suficientes. Un gran gozo llenó su co razón. Algo nuevo, que nunca había sentido, vino a su vida. Paulina contó a sus padres y hermanos acerca de su nuevo Amigo y Salvador. Les habló de muchas cosas que había aprendido al leer la Biblia. Con alegría les dijo que amaba a Jesús de todo su corazón.
TODA LA FAMILIA LEYÓ LA BIBLIA
–Podemos leer juntos el libro –dijo Paulina–. Ustedes también necesitan el amor de Jesús fue así que toda la familia empezó a leer la Biblia y aprender más cosas del libro de Dios.
No solamente los padres y los hermanos de Paulina leyeron la Biblia. Ella invitó también a sus vecinos y amigos. Juntos aprendieron a amar a Jesús.
–Nosotros también queremos que Jesús sea nuestro Salvador –dijeron un día los padres de Paulina.
Algunos de sus amigos dijeron lo mismo. Por medio de una Biblia tirada en un basural Jesús había
cambiado muchas vidas.
CAMBIO TOTAL
Jesús no sólo cambió el corazón de Paulina; hubo un cambio también por fuera. Conforme estudiaba la Biblia su apariencia exterior también cambió. Cuando Paulina y sus padres y amigos recibieron un corazón limpio, querían estar limpios también por fuera. Nuestra amiguita ya no andaba con la cara sucia y los cabellos despeinados.
También la humilde vivienda de Paulina cambió. Antes las cosas habían estado desordenadas, pero ahora todos los miembros de la familia colaboraban para mantener limpio el hogar. Paulina se levantaba temprano para tender las camas y barrer el piso.
Los vecinos se admiraban del cambio que hubo en la vida de Paulina y de su familia. Cuando lo comentaban, ella les decía que Jesús había cambiado su vida; todo gracias a una Biblia que encontró en un basural.
NO ES COINCIDENCIA
No fue una coincidencia que Paulina encontró una Biblia en el basural. Ella estuvo allí al momento exacto cuando el dueño del hotel tiró los libros, porque Dios quería que ella conociera su Palabra. Por medio de la Biblia que encontró Dios le dio la oportunidad de conocer a Cristo. No es una coincidencia que tú tengas esta hoja en tus manos.
En su gran amor Dios quiere que conozcas a nuestro gran Salvador Jesús. Si ya conoces a Cristo, puedes compartir esta historia con algún amiguito que no conoce al Señor.
Dios no quiere que nadie se pierda, sino que todos conozcan a Jesucristo y se arrepientan de sus pecados.