Cuento corto del PASTOR MENTIROSO
Había
una vez un pastor muy bromista y mentiroso. Todos los días, cuando regresaba a
su casa, después de haber llevado a pastar a su rebaño, entraba corriendo en el
pueblo gritando:
- ¡Viene el lobo! ¡Viene
el lobo!
Al oír los gritos, todos
los habitantes se metían en sus casas muertos de miedo. Y allí encerrados se
quedaban hasta que oían de nuevo al pastor:
- ¡Ja, ja, ja! ¡No es
verdad! ¡Sólo era una broma! ¡Tontos!
Y todos los días los
habitantes del pueblo miraban malhumorados al pastor que siempre se alejaba
riéndose.
Todos los días… Hasta que…
¿Sabes qué pasó?
Un día, como tantos otros,
el pastor volvió corriendo al pueblo. Gritaba tanto o más que en otras ocasiones:
- ¡Viene el lobo! ¡Viene
el lobo!
Pero esta vez corría más
deprisa de lo normal y gritaba también más fuerte de lo normal… Sin embargo,
los vecinos del pueblo no le hicieron ni caso, hartos ya de que el pastor les
hubiera engañado tantas veces…
Y ¿Sabes cómo terminó
todo? ¡Claro! Esta vez sí que fue verdad que venía el lobo. Y como nadie del
pueblo le hizo caso, el pastor se quedó sin ovejas, pues el lobo se las comió
todas.