Cuento / historia de: El descubrimiento de un pastorcito curioso

 El descubrimiento de un pastorcito curioso

Jehová es mi pastor; nada me faltará. Salmo 23:1

Quisieras saber acerca de un descubrimiento muy interesante que hizo un pastorcito en las cuevas de Qumrán? Sucedió hace mucho tiempo, aun antes de que tus abuelos eran niños. ¡Sigue leyendo y lo sabrás! El pastorcito Jum’a vivía cerca del mar Muerto en Israel, el país de Jesús cuando estuvo en la tierra. Jum’a ayudaba a su papá con el cuidado de las ovejas. Era muy hábil en lo que hacía, tal como  
David miles de años antes. 

CUEVAS EN LAS MONTAÑAS 
Al lado occidental del mar Muerto hay montañas, y en la ladera de esas montañas jugaba Jum’a con  
sus primos mientras las ovejas y las cabras buscaban pastos verdes. Jum’a sabía que si subía por  
las montañas encontraría cuevas y ese día sintió deseos de ir a ver esas cuevas.  
Jum’a había notado que en una de las montañas  había un vacío; pero nunca había entrado por allí. Le interesaba saber si había cuevas grandes en el vacío que había  descubierto; pero era muy oscuro, y no podía ver el interior. 

UN NIÑO INTELIGENTE 
El pastorcito Jum’a era inteligente. ¿Sabes lo que hizo?  Tomó una piedra y la lanzó para ver cuánto tiempo demoraría  hasta que cayera al suelo. Así iba a saber cuán profundo era  el vacío. Jum’a hizo la prueba con varias piedras, lanzándo las en varias direcciones.  
De repente, oyó un sonido muy diferente. Volvió a lanzar  una piedra en la misma dirección y nuevamente oyó un soni do diferente. Parecía como que la piedra hubiera caído sobre  algún objeto. 

CAYÓ DENTRO DE LA CUEVA 
Jum’a no se contentó con eso. Tenía que tratar de sacar  algunas piedras para que pudiera mirar dentro de la cueva.  Después de mucho esfuerzo, logró mover una de las piedras  grandes, que cayó dentro de la cueva. Y de pura sorpresa,  ¡él se fue rodando tras la piedra! 
La cueva estaba muy oscura y demoró un rato hasta que  se acostumbraran los ojos de Jum’a y pudiera ver algo. ¡Era  cierto lo que había oído! Dentro de la cueva había unas vasi jas de barro cocido.  
¿De quiénes serían y por cuánto tiempo habían estado  allí? Ese fue un gran misterio que tuvieron que descubrir los  científicos a quienes más tarde se les encargó estudiar el  descubrimiento del niño pastor de ovejas. 
Los manuscritos que encontró Jum’a se conocen como los Rollos de Qumrán.

PERGAMINOS ANTIGUOS 
Las vasijas guardaban unos pergaminos escritos a mano  en el idioma hebreo. Los pergaminos, que son rollos, eran  los libros de la antigüedad. Al estudiarlos más de cerca, los  científicos descubrieron que estos pergaminos contenían  todo el Antiguo Testamento, menos el libro de Ester. Eran  rollos que databan de unos cien años antes que Cristo viviera en la tierra.  

LA BIBLIA ES VERDAD 
El descubrimiento del pastorcito curioso fue una prueba muy  importante de que los relatos de la Biblia son verdaderos. Entre los rollos que encontró Jum’a había 73 salmos escritos por David, el pastor de Belén que llegó a ser un rey muy  amado de Israel. 
Los salmos eran canciones que cantaban los israelitas  como oraciones y alabanzas a Dios. El salmo más conocido  y amado es el Salmo 23, que se conoce como el Salmo del  Pastor. Léelo y apréndelo. Atesora la Palabra de Dios en tu  corazón. 

SIRVE A TU GENERACIÓN 
Hay algo muy importante acerca de David. ¿Sabes lo que  dijo Dios? «He hallado a David, un hombre conforme a mi  corazón, que hará todo lo que yo quiero» (Hechos 13:22). 
Otra cosa que se dice acerca de David es que él sirvió a su  propia generación conforme al propósito de Dios. Dios necesita hoy niños y niñas que estén dispuestos a  hacer lo que Dios quiere para servir a su generación.  ¿Quisieras tú ser uno de ellos?

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