El perro que comió la biblia
Esta es la historia de un muchacho de la selva del África. Se llamaba Ochella Dua. Tenía un hermoso perro de caza que siempre lo acompañaba, y lo defendía de los grandes peligros de la selva. Nunca se separaba de su hermoso perro.
LA BIBLIA DE OCHELLA DUA
Un día sucedió algo horrible. En un momento de descuido, el perro se comió la Biblia de Ochella Dua. Nuestro amigo de la selva se sintió desesperado; no sabía qué hacer. Decidió pedir consejo al pastor de la iglesia. Con lágrimas en los ojos le contó lo que había sucedido.
–No te preocupes –le dijo el amable hombre–. Yo te conseguiré otra Biblia.
PREOCUPACIÓN POR EL PERRO
Pero Ochella Dua no se dejó consolar por esas buenas palabras.
–Pastor –dijo Ochella Dua–, piense en mi perro. ¿Qué le va a pasar ahora?
–No le pasará nada a tu perro. Si puede comer huesos, un poco de papel no le hará daño.
Eso no era lo que preocupaba a Ochella Dua.
–No me preocupa que se enferme. El problema es que una vez yo era un muchacho malo. Tenía un
enemigo a quien odiaba y quería matarlo.
UN CAMBIO DE CORAZÓN
Un día las palabras de la Biblia entraron a mi corazón –dijo Ochella Dua–. Entonces empecé a amar
a todos. Perdoné a mis enemigos. ¿Qué será ahora de mi perro?
El pastor no comprendía qué preocupaba tanto al muchacho.
–No llores –le dijo, dándole una palmada en el hombro. Pero Ochella Dua seguía llorando, muy preocupado.
–¡Mi perro! ¡Mi pobre perro! Ahora que tiene dentro de sí la Biblia va a empezar a amar a los tigres y
a los leones. Ya no me ayudará a cuidar las vacas y las ovejas. ¿Qué puedo hacer?
CRISTO CAMBIA EL CORAZÓN
Calmadamente, el pastor le explicó a Ochella Dua que el amor no venía por «comer» la Biblia sino por dejar entrar a Cristo en el corazón.
Ochella Dua no se sintió convencido; pero después de unos días descubrió que su perro era tan bravo como antes. Las páginas de la Biblia que había comido no lo habían cambiado. Pero el mensaje de la Biblia sí había cambiado a Ochella Dua.
DULCE COMO LA MIEL
La Biblia es la Palabra de Dios. No podemos comerla como el perro de Ochella Dua se comió la Biblia de su amo. Pero podemos alimentarnos de ella para crecer en Cristo. ¿Cómo? Al leer la Biblia y al aprender versículos bíblicos.
En el Salmo 19:10 dice que las palabras de Dios son más dulces que la miel que destila del panal. Dice también que son más preciosas que el oro.
PALABRAS DE GOZO Y ALEGRÍA
El profeta Jeremías dice que cuando Dios le hablaba, él devoraba las palabras. Eran el gozo y la alegría de su corazón. Cuando el profeta Ezequiel se se alimentó con las palabras de Dios, esas palabras eran dulces como la miel.
LLENA TU CORAZÓN
El día que Ochella Dua conoció la Palabra de Dios y aceptó a Jesucristo en su corazón, Dios lo cambió. En vez de odiar a sus enemigos los empezó a amar. Dios también puede cambiar tu vida. Él puede llenar tu corazón de amor, aun por tus enemigos. Llena tu mente y tu corazón con la Palabra de Dios.
Tus palabras...
mi gozo y la alegría de mi corazón. Jeremías 15:16
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