Cuento / Relato de: El vestido de bondad

El vestido de bondad

Como escogidos de Dios… revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia. Colosenses 3:12 NVI 

Con qué te vistes cuando te  despiertas en la mañana? ¿Sabías que la Biblia habla del vestido? ¿Te vistes de bondad, humildad y paciencia? Laura y Susana son hermanas.  
Les encanta disfrazarse y jugar a las princesas. A veces son las mejores amigas, otras veces pelean.  
Pero siempre se amistan antes de dormirse en la noche. Cuando la mamá las despierta en la mañana para que se alisten para ir a la escuela, Laura se de mora tanto en vestirse, en peinar se, en desayudar, y en cepillarse los dientes que siempre es la última en salir por la puerta. 

AMENAZA DE CASTIGO 

Una tarde, cuando su papá llegó del trabajo, tuvo una con versación seria con Laura. Le dijo que si ella no se apuraba  en alistarse la mañana siguiente, él la castigaría. 
–Mañana tienes que ser la primera en salir por la puerta  para ir a la escuela –le dijo el papá. 
El hermano gemelo de Laura es David. Él y Susana oyeron  la amenaza. ¿Crees que les pareció bien? ¿Piensas que  se alegraron porque Laura sería castigada? ¿Qué hubieras  pensado tú? 

DIEZ MINUTOS MÁS 

En la mañana la mamá despertó temprano a Laura y a  Susana, para que las niñas tuvieran tiempo suficiente para  alistarse. Después fue a despertar a David. 
–Mamá –dijo David–, quiero quedarme en cama diez minutos más para darle tiempo a Laura. No quiero que ella se  atrase en alistarse. 

SUSANA SE ESCONDE 

Cuando Susana se había vestido y peinado, cuando había  tomado su desayuno y se había cepillado los dientes, se escondió detrás de una puerta. ¿Sabes por qué? Laura todavía  no estaba lista. 
–Me voy a esconder para que Laura salga primero por la  puerta –dijo esta princesa. 
Ese día, por la consideración de su hermano gemelo y de  su hermanita Susana, Laura fue la primera en salir por la  puerta. Su papá no tuvo que castigarla. 

LAS PRINCESAS 

Esa tarde, cuando llegaron de la escuela, las dos hermanitas se vistieron de princesas. 
–David, ¿quieres ser rey? –le preguntaron.  
Él estaba ocupado con otros juegos y no quería jugar con las niñas; pero ellas lo convencieron. Pronto estaban jugando al rey y las princesas. David aprovechó la situación e hizo que las princesas lo  atendieran. Pasaron una tarde muy divertida.  
Cuando el papá llegó del trabajo preguntó cómo les había ido a sus princesas en la mañana. 
–Yo salí primero por la puerta –dijo Laura. 
Entonces la mamá le explicó que sus hermanos habían  sido muy considerados con ella y que habían demorado en  salir para que ella fuera la primera. 

APRENDE A AGRADECER 

–¿Has agradecido a tus hermanos? –le preguntó el papá. Laura no había pensado en eso. 
–Quiero que mis princesas aprendan a ser agradecidas  –dijo el papá. 
Entonces Laura dio un fuerte abrazo a Susana. Cuando  fue a abrazar a David, él dijo: 
–No gracias. No quiero abrazos de niñas. 
Ahora Laura se apura en las mañanas; pero pocas veces  le gana a David. ¿Será porque él no tiene cabello largo  que peinar? 

VESTIDO DE BONDAD 

Cuando te despiertes mañana y te vistas, no te olvides  de ponerte el vestido de bondad, humildad y paciencia. No  es un vestido que puedes ponerte como te pones una blusa o un pantalón. Es el amor de Dios que llena tu corazón.  
Sigue el ejemplo de los hermanos de Laura, que con  mucho cariño pensaron en la manera de ayudarla para que  no fuera castigada. ¿A quién puedes ayudar? ¿A quién puedes alegrar? Pide  a Jesucristo que te ayude a ponerte el vestido de bondad.

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